El Propósito Vital (Sentido y Propósito de nuestra Vida)

Si el camino que sigues no tiene corazón para ti, estás perdiendo el tiempo. [Carlos Castaneda]

¿Cuál es el propósito de tu vida? ¿Cuál es tu lugar y tu misión en la vida? Antes de ser programado por este entorno familiar, social y cultural, ¿qué es lo que venía contigo de manera potencial y natural? ¿Qué es lo que te hace verdaderamente desarrollarte y disfrutar?

El propósito de nuestra vida se revela conforme caminamos… No se trata tanto de buscarlo, sino de descubrirlo en cada paso… Como dice un dicho tibetano: “encontrar el sentido de la vida solo es difícil para quien se empeña en buscarlo”. Algunas personas descubren el sentido y el propósito temprano, otras, a lo largo de la vida (sobre todo tras procesos de crisis y cambio), y otras nunca llegan a revelarlo.

Por lo general, desde la mente-ego programada es difícil alinearse con el propósito vital. El propósito se halla latente en nuestro corazón, como una semilla esperando ser regada y nutrida, para poder desplegar en el mundo toda su verdad y potencialidad creativa.

El propósito de nuestra vida surge como una certeza profunda, como una inspiración, y como un contento en el corazón.

El propósito es una revelación latente en nuestro corazón. Por eso, para permitir que se revele, es preciso silenciarse y afinar la escucha interior.

Propósito y sentido.

Cada vida tiene sus propios desafíos, sus crisis y sus oportunidades, sus momentos favorables y sus adversidades, en definitiva, cada vida nos plantea un sin fin de posibilidades… Eso mismo es la vida… Sin embargo, lo relevante no son las circunstancias que vivimos, sino el sentido que le conferimos. El sentido no está en lo que vivimos, el sentido se lo “atribuimos”. Solo tú puedes dar sentido a tu vida, es tu derecho natural. Sin embargo, en los momentos difíciles tendemos a olvidarlo, precisamente cuando más lo necesitamos recordar.

El sentido que le das a la vida, a las cosas que te suceden, es lo más relevante y significativo. El sentido es lo que inhibe el victimismo y el dramatismo. Todo lo que te sucede cumple su propósito en tu existencia; todo tiene su lugar en el desarrollo de tu vida y tu consciencia.

Una vida con sentido es significativa en todos sus aspectos: todo es como debe ser Ahora, todo lo que necesito para recordar, para comprender, para crecer, me viene dado en este Ahora inmensurable.

Cuando descubrimos el sentido y el propósito surge una motivación profunda que nos impulsa y nos colma de vitalidad, asumimos una perspectiva mucho más rica y más amplia de nuestra vida, así como la fuerza para enfocarnos en lo verdaderamente importante y esencial. Además, cuando el propósito se revela en nuestro corazón, tal vez descubramos que éste no se ciñe exclusivamente a nuestro interés particular; si el propósito es egocéntrico, si solo mira por sus objetivos y sus necesidades particulares, es poco probable que esa semilla se convierta en un bosque, a lo sumo, en una zarza espinosa y estéril, sin chispa ni sensibilidad. El propósito profundo tiene que ver con poner nuestros talentos y habilidades creativas al servicio de la vida en su totalidad.

La pregunta “¿qué gano yo con eso?” es el diálogo interno del ego. La pregunta “¿cómo puedo ayudar?” es el diálogo interno del espíritu. […] Todo el mundo tiene un propósito en la vida, un don único o un talento especial. Y cuando combinamos ese talento único con el servicio a los demás, experimentamos la alegría verdadera y el significado real del éxito, el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu. [Deepak Chopra]

Al descubrir nuestro propósito comprendemos que, de alguna manera, está ligado a un sentido mayor de amplitud y profundidad. El propósito surge del corazón, por eso mismo está sintonizado con la vida en su totalidad. El propósito tiene que ver con lo que podemos recibir, pero sobre todo con lo que estamos llamados a dar. El propósito se plasma en la entrega, en el servicio de los demás.

Propósito interno y propósito externo.

El más profundo sentido de la vida tiene que ver con “ser”, pero “ser” no está desconectado del “hacer”; es en el “hacer” donde el “ser” se puede expresar y florecer.

Algunas corrientes señalan hacia el propósito interno y el propósito externo: el interno tiene que ver con el “ser” y el externo tiene que ver con el “hacer”, y ambos están íntimamente imbricados.

El propósito interno tiene que ver con desarrollar y ampliar nuestra consciencia, en despertar gradualmente a través de todos los aprendizajes y experiencias que configuran nuestra existencia. El propósito interno es la semilla donde Eso deposita todo su Amor y toda su Inteligencia. El propósito interno tiene que ver con recordar quienes somos realmente a través de un camino de vida y experiencia, y, a otro nivel, también alude a la manera de recorrer ese camino, a través de una singularidad y una voluntad creativa, o, dicho poéticamente, a través de la misión del alma en la vida.

El propósito externo tiene que ver la materialización de esa misión en la vida. Es lo que vengo a hacer y a expresar de acuerdo a esta singularidad que representa mi vida, apoyado en mis talentos naturales y mi voluntad creativa. El propósito externo es singular y varía para cada cual, es el sentido de lo que hacemos y cómo lo hacemos, y se desarrolla y evoluciona a lo largo de las diferentes fases de la vida.

Cuando descubrimos el propósito interno, tarde o temprano, el externo pugna por entrar en coherencia. A veces, esto sucede suave y gradualmente, y otras, puede suceder súbitamente, ya sea por un claro discernimiento o tras una crisis fundamental. En esos momentos, una llamada profunda nos susurra: “es momento de cambiar esta realidad”. Sea como sea, el propósito interno y el propósito externo, el ser y el hacer, siempre están buscándose para completarse y revelar nuestra plenitud connatural.

La auténtica autorrealización se logra cuando una persona sigue su vocación interior, su tarea especial que le toma a su servicio. Cumpliéndola, se autorrealiza: esa persona descansa en sí misma, y su acción tiene peso. […] Puede ser un artesano, un empresario, un campesino, una madre, un padre o un músico. No importa a qué se dedique o qué hace. Esas personas realizan aquello a lo que su vida tiende y alcanzan su plenitud. [Bert Hellinger]

No deberíamos buscar un sentido abstracto a la vida, pues cada uno tiene en ella su propia misión para cumplir: una tarea única, como única es la oportunidad para instrumentarla. [Víctor Frankl]

No estás aquí para convertirte, ser o hacer algo que no sea lo que eres realmente. Tu reto es qué haces con lo que eres. [John L. Payne]

 

 

Toni Consuegra
Instructor de Meditación y Terapeuta Transpersonal
Fundador de Ananda Desarrollo Integral
www.anandaintegral.com

Por |2025-10-23T13:09:17+02:0023 de octubre de 2025|Artículos|Sin comentarios

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