La Enfermedad viene a Curarme

Todo sistema de la naturaleza tiende hacia el equilibrio y la coherencia. La enfermedad es un recurso (una solución biológica) para restablecer el equilibrio, la coherencia. Así pues, la enfermedad es una señal que nos indica una incoherencia sostenida en algún nivel, o, en otras palabras, la enfermedad es la incoherencia reflejada en nuestros cuerpos en forma de síntomas o malestares físicos, para que tomemos consciencia. Por eso la enfermedad nos viene a curar, es la que nos hace ser sinceros con nosotros mismos, la que nos hace tomar consciencia.

La enfermedad es el esfuerzo que hace la naturaleza para sanar al hombre. [C.G. Jung]

Enfermedad significa pérdida de armonía, de equilibrio, de coherencia. Ahora bien, en la mayoría de los casos la pérdida de armonía se produce en el plano sutil de la información, en el cuerpo sólo se muestra y se hace visible. Los síntomas se revelan entonces como manifestaciones físicas de conflictos psíquicos.

¿Qué nos señala un síntoma? ¿Qué sucede cuando aparece? Lo más inmediato es llamar nuestra atención, interrumpiendo de alguna manera la continuidad o normalidad de la vida diaria. Un síntoma reclama atención y, por lo general, produce una molestia. A partir de ese momento solo nos preocupa una cosa: eliminar esa molestia (sin buscar su origen ni sus causas). El ejemplo clásico para señalar todo esto es como cuando vamos conduciendo y, de repente, se enciende algún piloto que pide atención (gasolina, aceite, una avería, etc.). Evidentemente, mientras viajamos, esto no nos agrada, ya que esta señal nos puede obligar a interrumpir el viaje. Aun así, por más que nos moleste, comprendemos que sería una estupidez ignorar o apagar de un golpe el piloto y continuar nuestro camino. En lugar de eso, atendemos la señal (buscamos una gasolinera, llamamos a la grúa, etc.). Una vez resuelto el problema, el piloto se apaga, y podemos seguir usando el vehículo con normalidad. En nuestro caso, el piloto que se enciende es el síntoma, que señala que en algún lugar hay un problema, algo que necesitamos observar y reparar. Sin embargo, esa reacción “estúpida” que tendríamos al tratar de ignorar o apaga el piloto del coche, es exactamente lo que desde el viejo paradigma solemos hacer; tratar de erradicar el síntoma, luchar contra él, ignorando el conflicto profundo hacia el que realmente señala.

El síntoma es un aviso, una señal de atención. Para saber qué trata de decirnos, debemos dirigir la mirada a zonas más profundas, a fin de averiguar qué sucede realmente en nuestro interior.

Los síntomas señalan hacia esas partes de nuestra alma que necesitan ser vistas y atendidas. El síntoma refleja nuestra sombra, algo que no hemos podido integrar ni procesar conscientemente. Por eso no es de extrañar que no nos gusten los síntomas, ya que nos obligan a mirar hacia aquellos aspectos que hemos excluido de nuestra consciencia, precisamente.

La primera clave de la sanación reside en considerar al síntoma no como a un enemigo (al que hay que derrotar), sino como a un mensajero que puede ayudarnos a encontrar y reparar el desequilibrio o la incoherencia en nuestro interior; en realidad, el síntoma nos ofrece la ocasión para seguir abriendo el campo de la consciencia-corazón.

 

funanbulista

La naturaleza busca continuamente una solución de equilibrio, una solución para restaurar la coherencia. Una imagen que podemos utilizar para reflejar todo esto es la del funanbulista; le vemos en equilibrio sobre la cuerda floja, pero en realidad existe un movimiento muy sutil hacia un lado y al otro; su arte es estar bien compensado, ni demasiado inclinado hacia un lado ni demasiado hacia el otro. Claro, si el movimiento es extremo hacia algunos de los lados, el desequilibrio se hará visible, y tarde o temprano, caerá. Para no caer, el inconsciente nos ofrece una solución de equilibrio, que a veces toma la forma de enfermedad. En realidad, se trata de una oportunidad de rectificar y compensar, de restaurar el equilibrio de manera consciente y natural.

El estado de salud no es precisamente un estado, sino un dinamismo, un movimiento de adaptación permanente a lo real. Tenemos necesidades fundamentales que son estables, que no cambian, y existe una realidad exterior que cambia continuamente. Por lo tanto, si no encontramos una solución consciente y voluntaria, la biología se encarga de encontrar una solución inconsciente e involuntaria. [Christian Fléche]

La enfermedad es una expresión del Inconsciente Biológico para dar solución a un problema de adaptación, real o metafórico, externo o interno; ante un conflicto psicoemocional o un desafío del medioambiente, la biología responde indistintamente. Cuando nuestra coherencia interna está desequilibrada, lo que busca nuestro Inconsciente Biológico es recobrar el equilibrio. Nuestro interior nos envía mensajes a través de los síntomas (bien tomen la forma de una depresión, de una lesión muscular o de cualquier enfermedad). Nuestro inconsciente nos habla y, si no es escuchado, el síntoma va a seguir y a aumentar su intensidad hasta que le prestemos atención, por eso, cuando el síntoma es extremo podemos considerarlo como un grito interior. Como vemos, todo esto refleja un movimiento del inconsciente por hacerse consciente; lo inconsciente quiere hacerse consciente, y esto nos adentra en el nuevo paradigma: la enfermedad viene a curarme, la enfermedad me da la solución, la posibilidad de restaurar la coherencia, el equilibrio interior.

Cualquier enfermedad, cualquier síntoma, tiene un sentido positivo, que lleva la curación en sí mismo. La enfermedad es el esfuerzo de la Naturaleza por solucionar sus conflictos, tentativa de autocuración y de adaptación a una realidad que evoluciona. Todo se adapta o desaparece. 

Aunque conozcamos el origen del conflicto, la solución del conflicto, y el camino que lleva a la solución del conflicto, es indispensable expresar el conflicto a través de la emoción, verbalizarlo, concretar la solución, compartir, comunicar… Y pasar a la acción.

[Christian Fléche]

Por |2025-10-28T20:08:46+01:0028 de octubre de 2025|Artículos|Sin comentarios

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