El Tao que puede expresarse no es el Tao verdadero. [Tao Te Ching]
Se dice que la sed de conocimientos es una corrupción del anhelo de Verdad. También se dice que Eso no puede ser expresado con palabras, que ningún concepto puede atrapar lo Inefable. Entonces, cabría preguntarse ¿qué es la sabiduría? ¿Y para qué hablan los maestros? ¿Para qué tratar de nombrar lo Innombrable?
Muy libremente podríamos decir que esta sabiduría oral es el punto de equilibrio entre la Verdad y el ser expresando a través de la palabra.
El sabio, el maestro, utiliza la palabra con Eso detrás, de ese modo puede evocar la no-dualidad a través de palabras duales, puede inspirar la fragancia de lo Único a través de la paradoja y los contrastes.
La voz del maestro no trata de convencerte, ni te exige que le creas, ni te explota de ninguna manera. Su único propósito es provocar tu despertar, prender la llama de tu propia consciencia. Por eso se dice acertadamente que las palabras del maestro son como semillas de consciencia.
El maestro no es una persona, a la que tampoco es necesario adorar o idolatrar. Se trata de escuchar, no de adorar a nadie en particular. Si te silencias, si escuchas verdaderamente, podrás reconocer cuando te está hablando una persona, o cuando te habla algo que está detrás, algo que se sirve de esa persona para comunicar.
Escucha cuidadosamente cómo estas palabras resuenan en tu interior, observa si para ti tienen sentido, si en lo profundo conoces ese “sabor”.
De alguna manera, lo sabes, sabes si lo que se dice viene de una persona o de algún otro lugar, sabes si, en verdad, estás escuchando tu propia voz resonar.
Maestro sólo es una palabra, vacíate y observa hacia lo que señala. En el fondo, señala hacia tu propia sabiduría, hacia el centro mismo de tu mandala.
La voz del sabio es tu propia sabiduría, la voz de tu maestría interior. Recuerda: todo es una proyección de ti mismo, todo es en la Mente-Corazón. Por lo demás, el maestro no tiene por qué proyectarse exclusivamente en un cuerpo físico, cualquier cosa, en cualquier aspecto, puede ser el maestro… Todo lo que favorezca el despertar es un maestro, todo lo que abra el corazón a una verdad más profunda y esencial, es un maestro. De esta manera, el maestro puede encontrarse en el mercado o en el templo, en las relaciones o en la soledad, en la naturaleza o en la ciudad, en las palabras o en el silencio… A veces el maestro nos habla desde fuera, y otras nos habla directamente desde dentro... Por eso se dice que el Maestro está en Todo y Todo es el Maestro.
La palabra es un despertador.
¿Para qué tratar de expresar en palabras lo Inefable? ¿Para qué tratar de nombrar lo Innombrable? El propósito es provocar una disrupción en el sueño, espabilar a una consciencia que despereza de una profunda hibernación. La palabra es un “despertador”.
Escuchar la voz de la Sabiduría Perenne, de los Maestros, de la Psicología del Despertar, te ayudará… Lo que hay que tener en cuenta, en cualquier caso, es que estas ideas son sólo ideas para romper viejas ideas, ideas que abren la mente, pero ideas al fin y al cabo… Lo importante no son las ideas, sino lo que posibilitan y señalan.
El propósito de la palabra es revelar en nosotros Eso inefable hacia lo que señala.
Las palabras son “dedos que apuntan a la luna”. El dedo está en la mente, la luna es nuestro estado natural.
Cuando nos quedamos fijados en el dedo, a las ideas y los conceptos, perdemos de vista la verdad a la que señalan.
La palabra no es la verdad, solo es un poste indicador en el camino, una señal; el indicador está en la mente, pero lo que señala está más allá.
La palabra no es la verdad. La palabra “agua” no quita la sed. Pero seguir un poste indicador en el camino nos puede orientar hacia la fuente.
El mapa no es el territorio, pero puede ser de gran ayuda para orientarnos en él.
Dice Aurobindo: “El verdadero conocimiento no se alcanza por medio del pensamiento. El verdadero conocimiento es lo que somos”. Sin embargo, es mediante este pensamiento que se abre la posibilidad de realizar lo que señala… Hacía falta la señal, para poder ir más allá de la señal. Aurobindo y todos los maestros saben esto, por eso se expresan con palabras.
El verdadero mensaje está en mi silencio, allí está todo el conocimiento; si hablo es para aquellos que todavía no pueden entender mi silencio. [Ramana Maharsi]
Toni Consuegra
Instructor de Meditación y Terapeuta Transpersonal
Fundador de Ananda Desarrollo Integral
www.anandaintegral.com
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